Extraños sucesos y sensaciones

Acababa de despertar. Estaba aturdido y no conseguía recordar nada de lo ocurrido. Me dolía hasta el último músculo de mi cuerpo, pero estaba extrañamente bien. No me atrevía a abrir los ojos, tenía miedo a lo que me esperaba. Allí olía a magia, a magia oscura, pero también a paz, aquello me desconcertaba. Por fin me atreví a abrir los ojos y mi gesto se tornó en atónita sorpresa. Me levanté del suelo, despacio e ignorando el dolor que sentía. Cuando observé bien aquella casa supe enseguida donde estaba, pero... ¿cómo había llegado allí?


Me hallaba frente a una casa totalmente en ruinas, con la camisa desabotonada del todo y el pantalón algo caído pues se me había roto el cinturón. Torcí el gesto en media sonrisa. Estaba en el Valle de Godric.


Seguía preguntándome cómo había llegado allí. No me trevía a acercarme a la casa, me inspiraba demasiado respeto. Era la casa de la que todos habían, habíamos, oído hablar alguna vez. Era la magnífica casa de los Potter.


Comencé a andar, alejándome de allí, maravillándome con el maravilloso Valle. Era espectacular. Precioso. Mientras andaba el dolor de mi cuerpo iba amainando y los recuerdos empezaban a volver a mi mente. Recordaba el año escolar en Hogwarts, lleno de emociones, recordaba a Lilith, a Pansy...a Kyle...les recordaba a todos. Recordaba las primeras semanas de este verano en casa, con mis padres, recibiendo cartas de mis amig@s, incluso visitas, en definitiva, pasándolo en grandre. Recordaba como habían asaltado los mortífagos mi casa, pero no conseguía recordar qué me había llevado hasta donde estaba.


Me senté en un banco y traté de recordar pero me fué imposible. Me estiré un poco y me miré. Así como estaba debía verme bastante sexy, despeinado, con la camisa desabotonada y la goma del boxer asomando por encima de los pantalones. Sonreí y me sumí en mis pensamientos, aún tratando de recordar lo ocurrido.