Tratando de arreglar un embrollo.

El día de la discusión con Nélie me había pasado el día en mi habitación, meditando, trando de buscar las palabras adecuadas para que cuando hablásemos Lilith no pudiese mal interpretarme. Tanto le di vueltas a la cabeza que me dormí aún con el uniforme puesto y a la mañana siguiente me levanté tal cual. Me reí de mí mismo y fui a darme una ducha fría. Me puse el uniforme nuevamente y fui a clase como otro día cualquiera, al menos hoy terminaba a medio día; almorcé escudriñando la mesa de Slytherin, pero no vi a Lilith por ninguna parte. Luego subí a la sala común y me encontré un visitante alado posado en mi cama. Se trataba de una hermosa lechuza negra con un trozo de seda verde atado a la pata. //Muy Slytherin...// pensé sonriendo. Me acerqué y acaricié suavemente a la lechuza, que me dejó. Cogí la carta y le di una de las chucherías que solía darle a Tayza como agradecimiento. Luego la observé marchar por la ventana. Releí la carta varias veces y sonreí, Lilith aún quería hablar conmigo. Acto seguido me fui a duchar nuevamente y traté de arreglarme el pelo. Antes de vestirme decidí descansar un poco así que me tumbé en mi cama y dormí hasta las 6. Luego solo me refresqué la cara y me vestí unos vaqueros y una camiseta negra con unas deportivas también negras; y, tras mirarme al espejo, salí de mi habitación.



Para cuando llegué al campo de quidditch aún eran las 6:30, y habíamos quedado a las 7, pero no quería llegar ni un minuto tarde, así que había decidido llegar antes. Subí a las gradas y cerré los ojos, disfrutando de la suave brisa que corría.

Oí como alguien me hablaba y abrí los ojos. Lilith acababa de llegar y estaba realmente guapa, pero no me sentí con fuerzas para sonreír, un repentino dolor de estómago (causado por la angustia) se apoderó de mí. De echo al verla allí me entraron hasta ganas de llorar pero me contuve.


- Hola - saludé escuetamente - ¿cómo estás?

- Eh... realemnte...no lo tengo muy claro - murmuré confuso. La verdad es que no estaba bien, pero tampoco estaba del todo mal, me sentía muy muy extraño.


Mientras seguía pensando en como explicarle a Lilith todo aquello sin darle opción a malinterpretarme como había hecho Nélie la miré a los ojos. Además tampoco quería que acabásemos enfadados.

Se sentó a mi lado y se formó un tenso silencio entre nosotros. Luego Lilith habló y yo solté un gran suspiro, había llegado el momento de hablar.


- Sí... - comencé mirando mis pies. - A ver, mis coqueteos con otras chicas no van con intención de hacer daño a nadie, yo nisiquiera lo consideraría coquetear propiamente dicho, pero...no sé, es complicado, nosotros no estamos formalmente juntos y solo quiero ser simpático con las chicas, no quiero hacerle daño a nadie, y no volveré a hacer algo similar si te molesta, no quiero que lo que pueda surgir entre nosotros se vaya al garete. - hice una pausa y levanté la mirada para mirarla a los ojos - Y lo de Cahetel, no pasó nada con ella en la sala de los menesteres. Me besó y casi ambos nos dejamos llevar por las ansias y la pasión, pero ya está, paramos y seguimos hablando como buenos amigos. Ella es muy guapa y tiene un buen cuerpo pero para nada me interesa tener algo con ella, lo que ocurrió fue el chispazo del momento y nada más. Quiero que sepas que lo que siento por tí crece día a día...pero entiendería que no volvieses a confiar en mí...

Me sorprendió bastante su respuesta pero supe que hablaba con sinceridad, y trataba de parecer despreocupada, aunque su mirada no lo conseguía del todo.


- Es probable que me molestase, pero me habría callado, porque no estamos juntos.. - dije sinceramente sin dejar de mirarla a los ojos.

Ladeé una sonrisa.

- Lo dices como si hubiera sido yo la que te lo ha echado en cara - comenté.

Sonreí por primera vez.


- Solo quería hablarlo contigo - dije - me pusieron de golfo y mujeriego y quería aclararlo contigo - concluí, ya bastante más tranquilo.

- No lo dijo pero lo insinuó - dije, empezababa a mosquearme pero mentalmente me tranquilicé - Si quise hablarlo contigo era para aclararlo contigo, con ella ya hablé lo que tenía que hablar.

Me quedé observándola confuso. Era una mujer, era imposible que todo estuviera arreglado así tan fácilmente, ese era solo comportamiento de hombres, en cambio no dije nada, mi mente se batía en una lucha razón - pasión muy intensa.

- Es...no sé, quizá me esperaba que dijeses algo más - dije - Y bueno, añadiré que si te he hecho daño...lo siento..

- Eh sí supongo - dije aún más confuso que antes - pero me gustaría que me dijeses lo que piensas o sientes...

- Yo...lo siento - dije atreviéndome a agarrar una de sus manos entre las mías - No habrá próxima vez.


No sabía porqué, pero supuse que hacía falta algo así para darme cuenta de lo que realmente sentía por Lilith, y era tan fuerte que el pensar en otras chicas en ese instante se me hacía tan indiferente como las clases de historia de magia.

- No es sólo por tí, también es por mí - respondí.


Solté una de mis manos y acaricié su mejilla con dulzura mirándola a los ojos. Estaba realmente preciosa. Poco a poco me acerqué a ella y le dí un tierno beso en los labios. Algo dentro de mi corazón emergió hasta la superficie llenándome de felicidad. Me dí cuenta de que realmente me había enamorado de ella, lo único que lamentaba es haberme dado cuenta en un momento así.

Acaricié su mejilla despacio y con ternura.


- No me importa - dije - Te adoro - susurré apenas sin dejar salir a voz de mi garganta.