Una hora de fuga

Cuando llegamos a la puerta abrí y la dejé pasar como un buen caballero, cuando hubimos entrado los dos cerré la puerta y la sellé con un encantamiento, no quería que nos molestara nadie. Luego fui hasta la mesa del profesor, que era casi la única que había, me senté sobre ella, mire a Lilith y con voz simpática dije

- Muy bien, alumna, comencemos la clase... - tras decir eso, no pude evitar soltar una sonora carcajada.

La miré, se veía muy graciosa ahí sentada.

- Bien, hoy aprenderemos el bonito arte de fugarnos de clase para hacer el tonto - dije mientras me levantaba de la mesa y comenzaba a andar dando vueltas alrededor de ella.

De pronto me senté a su lado, le di un levísimo empujón con mi hombro en el suyo y dije

- Bueno vale ya de tonterías - y sonreí con dulzura.

Me reí por su comentario.

- Hola, me llamo Ryan y soy tu nueva almohada - dije entre risas

No pude evitar pasar uno de mis brazos sobre sus hombros y me giré levemente hacia ella para que se apoyara mejor.

Sonreí por su pregunta, me levanté pues me parecía "peligroso" estar tan cerca de ella y tras meditar un momento dije

- Bueno, se me dan bien los deportes muggles y puedo abrir cualquier puerta sin necesidad de un hechizo - suspire con nostalgia - Ay...el viejo truco de la orquilla - sonreí y luego continué - Bueno de mi padre no sé que puedo haber herdado, desde pequeño soy capaz de realizar hechizos silenciosos, los utilizaba mucho cuando iba al colegio muggle, la verdad siempre fui un trasto. También me fijo mucho en los olores y los sonidos...y soy bastante ágil, supongo que esas son las cualidades que habré heredado de él - terminé encogiéndome de hombros y sonriendo.

- Uy yo esque soy muy trasto, me encanta bromear, pero con un límite, no hago bromas crueles, tampoco me gusta ver sufrir a la gente...no tanto - dije conteniendo una carcajada.

La miré extrañado

- ¿Un animago? Pues no, no lo soy, aunque si lo fuese me gustaría transformarme en un lince, muy gryffindor - dije sonriendo - o en un caballo, es mi animal favorito - añadí ampliando la sonrisa.

Sonreí.

- ¿De verdad me pega el lince? - pregunté

Luego me quedé pensativo en lo que me había dicho de inventar mis propios hechizos, y sin poder evitarlo solté una sonora carcajada. Antes de que me mirara como a un loco recién salido del manicomio aclaré

- Sí, que he intentado inventarlos pero hasta ahora lo único que he conseguido ha sido ponerme el pelo de punta y llenarme la cara de hollín, ¿y tú?¿lo has intentado?

Reí un poco al imaginar toda la casa de color rosa.

- Bueno yo he intentado un poco de todo pero la verdad que aveces mi ingenio no da buenos frutos - dije algo mosqueado conmigo mismo pero luego con una abierta sonrisa dije - Bueno, almenos cuando pienso, pienso cosas inteligentes, como por ejemplo irnos de una aburrida clase, esta es una mejor manera de aprovechar el tiempo, desde luego.

Me puse de rodillas frente a ella y la mire sonriendo con picardía

- ¿Se te ocurre a tí algo interesante que hacer?

Luego sonreí abiertamente

- ¿Te gustan los libros de hechizos? Yo pasé el otro dia por la biblioteca y encontré uno que me llamó la atención, pero no me atreví a sacarlo, no estoy muy seguro de que fuera un libro permitido....creo que te interesaría, llevaba la firma de Salazar Slytherin.

Se me pasó por la mente la fugaz idea de darle un beso pero finalmente me contuve y le conté acerca del libro.

- La verdad no me dio tiempo de leer mucho, pero se veía muy interesante, llevaba dibujos muy raros y un lenguaje bastante complejo aunque comprensible, se llama "Historia de un hechicero", yo creo que volveré algún día de estos a seguir leyéndolo, la verdad me fascinó el olor que tenía, no era típico de n libro viejo, olía a.... - hice una pausa, divagando mentalmente - vaya, perdona por mis desvaríos, el libro es muy interesante - concluí sonriente

La miré, nunca antes nadie se había preocupado de mi cualidad olfativa, sonreí y comencé a hablar...

- Pues...olía a antiguo desde luego, pero también tenía un olor a poco manipulado, quiero decir, se notaba que no era un libro que la gente leyera habitualmnte, olía a tinta, a madera, incluso desprendía un leve olor a quemado, cuando lo hojeé descubrí que alguien había quemado las esquinas de algunas de las páginas, pero lo que más me fascinó fue su olor a perfume masculino, era una mezcla...mmmm...indescriptible...

- Pues estaba en la sección de hechizos, pero parecía fuera de lugar, como sacado de su entorno, no sé tal vez alguien lo sacase de la sección prohibida y decidiera no devolverlo allí - dije pensativo.

Luego, me acerqué un poco a Lilith, sus ojos tenían un color y un brillo que me fascinaban, solo quería perderme unos instantes en ellos y así lo hice, dejé que su mirada me atrapara por completo...

Ví que cayó de espaldas y no pude evitar reírme, le tendí una mano paya ayudarla a incorporarse.

- Vaya, lo siento, no quería asustarte, solo intentaba llegar a lo más profundo de tu alma a través de los ojos, pero eres una chica complicada - dije sonriendo, la verdad su misterio era lo que más me atraía de ella.

Casi inconscientemente empecé a jugetear con la yema de uno me dis dedos en la palma de su mano, luego la miré soprendido

- ¿Mentir? ¡Pues explícame cómo! Mis ojos reflejan todo lo que pienso y siento....tal vez demasiado, me han jugado varias malas pasadas - dije recordando

Luego hice acopio de su comentario anterior.

- ¡Ah! Y por cierto....sé nadar, no creo que me ahogue - comenté entre risas - pero sí que me gustaría conocerte.