Noche solitaria

Había decidido salir a dar un paseo, pues la noche estaba espléndida y no tenía nada de sueño. Comencé a andar por los terrenos de Hogwarts sin saber muy bien a dónde dirigirme. Primero dirigí mis pasos hacia el bosque, pero a mitad de camino me arrepentí y giré, dirigiéndome al campo de quidditch. Tampoco me convencía mucho la idea así que no sabía si por inercia o por qué, acabé en el borde del lago. No tenía muy claro si quería estar solo o con gente. De pronto vi dos caras conocidas. Decidí acercarme a las chicas.


- Hola, chicas - saludé tímidamente - ¿molesto?

Sonreí cuando Pansy me invitó a sentarme. Yo tampoco llevaba ya mi uniforme, me había puesto un pantalón negro y una camiseta blanca algo ajustada que más o menos marcaba mis músculos, también una cazadora negra y unas deportivas negras también. Me fijé en la vestimenta de Pansy mientras me sentaba. Le sentaban muy bien los shorts. Tras sentarme miré a Lilith esperando que se sentara.


- ¿Qué tal estais? - pregunté, tratando de romper el silencio.

Noté algo de tristeza en su voz, pero me abstuve de preguntar. Simplemente asentí con la cabeza dejando que mi vista se perdiera entre las tranquilas aguas del lago. Me recosté sobre el césped y suspiré, esperando a que Lilith dijese algo.

Miré a Lilith cuando me saludó y le sonreí amablemente. Mientras esperaba a que Pansy le respondiera me fijé en sus ropas. Llevaba una ropa normal, cómoda, pero a mi ver le quedaba muy bien, sobretodo la camiseta de tirantes, que dejaba ver bien su cueyo y sus hombros. Me perdí unos instantes entre sus formas y luego dirigí mi mirada a Pansy, que realmente tenía cara de estar agotada y no dije nada, me limité a esperar que respondiera.

Escuché con atención a Pansy y cuando comenzó a llorar se me cayó el mundo encima, no me gustaba ver llorar a la gente y menos a una amiga. Me acerqué a ella y la abracé, mirando significativamente a Lilith para que me echase una mano.


- Mira, yo soy nuevo aquí y no se quién es ese tal Draco Malfoy, he oído rumores pero nada más - comencé - pero desde luego si no es capaz de tratarte igual delante de gente que estando solos es porque no te merece. - dije muy seguro de mí mismo.


Seguí abrazándola tratando de que se calmase.


- Tranquila, Pansy, nosotros te ayudaremos en lo que te haga falta.

Escuché todo lo que le decía Lilith, soltando un poco mi abrazo para que pudieran mirarse bien. Realmente no sabía quién era ese Draco Malfoy, pero por lo que acababa de decir Lilith, por los rumores que se oían en la escuela y por lo que mis padres me habían contado de la familia Malfoy, a mi gusto era escoria, y no merecía el amor de alguien como Pansy.


- Lilith tiene razón - dije, mirando a Lilith sonriéndole con agradecimiento - siempre debes ser tu misma. Nisiquiera por ser una serpiente debes odiar a los muggles y ser superficial y esas cosas, muchísimo menos por él, y tampoco por tu familia. Tú eres tú, un ser único e irremplazable, una especie en peligro de extinción. Aquí en Hogwarts nos envían a una casa por nuestras aptitudes, si supieras la de chicos de mi curso que odian a los muggles te sorprenderías. Debes olvidarte de estereotipos y ser siempre tú. - concluí, pensé que me había enrollado como una persiana, pero esperaba que sirviera de algo.

Correspondí su abrazo amigablemente y le revolví un poco el pelo en un gesto cariñoso. Luego me separé de las dos sonriendo.


- Bueno, chicas, ¿qué hacemos ahora? - pregunté

Reí ante lo que dijo. Si se podía considerar un defecto, uno de los mayores que tenía era que siempre le encontraba un sentido sexual a todo, cosa que me había llevado a ser el típico niñato casanova que con labia y algo de gracia las consigue a todas.



- Se pueden hacer muchas cosas muy interesantes - dije bromeando - no, ahora enserio, yo vine aquí precisamente porque no tengo sueño así que voto por quedarnos aquí tirados - dije y las miré de hito en hito, esperando una respuesta.

- Yo creo que esa es la mejor opción... - reí - Gracias chicos... en serio...

Me tumbé en la hierba de nuevo, y miré las estrellas.

- ¿No son geniales...? - pregunté a mis amigos, pero sonó como si lo hubiera preguntado al viento.

No respondí a su pregunta pues estaba ensimismado en mis pensamientos, pero la imité y me tiré en el césped. La noche estaba increíblemente hermosa, y además estaba acompañado de dos chicas encantadoras, ¿qué más podía pedir? Suspiré no muy sonoramente, ya no miraba las estrellas, tenía la vista perdida y la mente en otro lado. Mis pensamientos estaban tan cerca y a la vez tan lejos....había llegado a un punto en el que no podía dejar de pensar en Lilith nisiquiera teniéndola a escasos centímetros de distancia.


No dije nada, esperaba que alguien rompiese el silencio. Tras volver a la tierra dejé de mirar a las estrellas y me dediqué a mirar el paisaje, mientras de reojo miraba a ambas chicas.

Giré sobre mí mismo, quedando boca abajo tendido en el suelo, de cara a las chicas. Pansy parecía ausente, pero había pillado a Lilith mirándome. Suspiró y luego bostezó y se frotó los ojos. Supuse que tendría sueño, pero no dije nada. Me acerqué despacio a ella, reptando como una serpiente y cuando más o menos había llegado a su altura rocé su pierna con mis dedos. Le sonreí d una forma ciertamente provocativa y me mordí levemente el labio inferior. Miré de reojo a Pansy, seguía en sus cosas y sonreí con picardía, me incorporé un poco y le di un rápido pero sensual beso en el cuello a Lilith.

Observé a Pansy irse y estuve tentado a retenerla allí, pero justo cuando me había decidido a llamarla ya se hallaba demasiado lejos. En cambio, miré a Lilith y me encongí de hombros sonriéndole con dulzura. Me fijé en su expresión cansada.



- ¿Quieres qué nos vallamos a dormir? - pregunté.

Sonreí y me levanté, luego le tendí la mano a Lilith para que se levantara.


- Bien, te acompaño entonces - dije sin perder la sonrisa.